Hoy en día, se habla de “personalidades narcisistas»sin considerar que el narcisismo es un aspecto universal que atraviesa a todos psíquicamente. Sin él, lo que entendemos como «amor propio” o ser «propio objeto de amor» no podríamos existir.

En su obra Introducción al narcisismo (1914), Freud plantea el concepto de narcisismo primario, un estado inicial en el que el infante dirige toda su energía hacia sí mismo, sin distinguir entre su “yo” y el mundo exterior.

El término “narcisismo” proviene del mito de «Eco y Narciso», en el cual Narciso, al despreciar a Eco y quedar fascinado por su propio reflejo, se pierde mirándose hasta morir ahogado. Este mito hace referencia a la vanidad y la crueldad del exceso de contemplar la propia imagen, ignorando al otro.

Freud también explora el narcisismo en la vida amorosa, describiendo dos tipos de elección de objeto: la narcisista y la de apuntalamiento. En la elección narcisista, se ama al otro por cualidades que uno mismo posee, que fue en el pasado o que desearía tener. El otro se idealiza con atributos del «yo ideal» del sujeto, y se le ama por esas cualidades.

En la elección por apuntalamiento, el amor se dirige a figuras que en la primera infancia representaron fuentes de afecto y cuidado, como las figuras paternas. Esta idea ya había sido planteada por Freud en Tres ensayos sobre teoría sexual (1905), donde sugiere que “el encuentro con un objeto es en realidad un reencuentro”. Es decir, la elección amorosa tiene sus raíces en las primeras relaciones de amor, que establecen un ideal y cuyas bases residen en el narcisismo y la proyección del “yo ideal”.

Freud concluye que cada ser humano puede seguir cualquiera de estos dos caminos en la elección del objeto, pudiendo preferir uno u otro. Comprender esto es importante en las relaciones amorosas, ya que el narcisismo influye en el lazo con el otro. Esto permite identificar las propias expectativas y estar advertido ante la frustración o agresión, especialmente cuando el otro- en la medida que es otro- no cumple con las proyecciones idealizadas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *