En psicoanálisis se trabaja sobre el tiempo lógico y subjetivo. A partir de considerar que el inconsciente es atemporal, se produce una nueva concepción del tiempo. Es decir, los sucesos vividos en el pasado dejan su marca en el inconsciente, y cada persona los percibe desde su subjetividad.
El psicoanálisis introduce algo que tiene que ver con los momentos en la interpretación del sujeto, sobre ciertas escenas o sucesos que este interpreta desde un lugar singular.
Sobre esto, Lacan (1988) desarrolla un texto cuyo título ya anticipa su contenido: El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada: un nuevo sofisma. Cabe aclarar que la palabra “aserto” se refiere a una afirmación o aseveración de la certeza de algo, mientras que “sofisma” alude a una razón o argumento falso que aparenta ser verdadero.
¿Qué nos quiere decir Lacan con esto? Expone que, para que se produzca un sofisma, deben darse tres momentos: el instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir. El primero consiste en advertir la situación. El segundo, en meditar y dudar. El último implica la resignificación de lo ocurrido y el acto.
La dificultad radica en que, muchas veces, hay una urgencia por llegar al momento de concluir. Es decir, el sujeto no se toma el tiempo para comprender, meditar o dudar sobre su afirmación, sino que rápidamente es convocado a una certeza anticipada.
Esto se escucha en la clínica, donde se pone en juego el “aserto subjetivo”. Por ejemplo, aquella persona que, en una reunión de grupo, percibe que tres amigos están hablando de una actividad futura que él desconoce. Rápidamente, interpreta que no fue invitado y concluye: “Seguramente no les interesa mi compañía”. Este es un ejemplo de cómo el tiempo para comprender es omitido, y el momento de concluir se precipita, dando lugar a una lectura marcada por sus propias huellas subjetivas.
La práctica analítica busca abrir y alojar estos tiempos, para que el sujeto pueda escuchar sus propias prisas. Además, estos tiempos también se ponen en juego en escenas traumáticas, donde, por medio del análisis, el sujeto puede atravesar el tiempo para comprender y resignificar sus marcas.